“La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento“. Sirva esta frase como presentación de aquellas pequeñas cosas, generalmente intangibles y etéreas, que hacen que respiremos más pausadamente, que se nos invadan los ojos de emoción y recuerdos, que perpetúen aquellas miradas cómplices en momentos difíciles… Aquel olor, aquella piel erizada, ese regalo llegado por sorpresa, esa poesía a la que siempre se acude, esa canción, esa placentera comida … aquel rinconcito de tanta nostalgia en un mapa o en el corazón. Esos pequeños caprichos, algunos banales al fin y al cabo, pero que sin duda alguna vez han alimentado nuestro alma de experiencias nuevas, reiteradas o pasadas… Esos caprichos ocuparan la atención y objeto de este blog… Los caprichos del alma.